La apuesta de la Dirección por la ESTÉTICA como marca de Calidad no sólo es un error comercial,
sino que evidencia una ruptura cada vez mayor entre la élite Directiva y la plantilla
que da la cara ante la clientela.
La apuesta de la Dirección por la ESTÉTICA como marca de Calidad no sólo es un error comercial,
sino que evidencia una ruptura cada vez mayor entre la élite Directiva y la plantilla
que da la cara ante la clientela.